Según Incognito, el libro de David Eagleman reconocido neurocientífico, nuestro cerebro funciona bajo los efectos de una extensísima red de conexiones neuronales las cuales dominan nuestra percepción y conforma un relato del que no somos plenamente conscientes.
Es apasionante porque el cerebro, ese conjunto de neuronas endemoniadas, es muy dificilmente conocido y manipula todo el conocimiento del mundo que observamos.
Aegleman diferencia entre Cerebro y Mente. El cerebro es el capitán del barco de las ideas y la locomotora que dirige el más pequeño de los movimientos del cuerpo, la mente sin embargo es lo que emerge desde las profundidades de aquél. Pero es que lo que llega a la consciencia de la mente es insignificante ante todo lo que se halla sumergido en el magma del cerebro. Un órgano que pesa solo un kilo doscientos gramos y que se entroniza como el centro neural y motor de nuestro ser. Morimos cuando deja de tener actividad y todo lo que nos pasa a veces inadvertido, él lo archiva en su almacén de recuerdos.
Dice Aegleman que se han realizado experimentos científicos que confirman aquella famosa cita de Goebbels de que una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad, y no necesitan ser mil, con un par de veces, el cerebro es capaz de recordarla como real. Es decir, que el cerebro además de embaucador y creador de relatos se deja manipular.
El cerebro tiene dos hemisferios igual que tenemos dos ojos, dos manos, etc. También podemos vivir con solo uno sin apenas pérdidas importantes, ya se han dado casos. Pero lo más increíble es su plasticidad, la capacidad para evolucionar desde el nacimiento, de regenerarse de inventarse relatos para justificar eventos que no entiende. Un día se inventó a Dios y después necesito su opuesto, el diablo, para completar la historia, y así seguimos.
Además el cerebro humano es el misterio más rotundo al que se enfrentan los científicos. La inteligencia artificial se comenzó investigar a mediados del siglo pasado y por el momento solo se ha conseguido crear un deficiente simulacro de las capacidades de nuestras neuronas.
Y lo más sorprendente es que ese pequeño órgano gelatinoso y graso somos nosotros y todos nuestros defectos y carencias, aberraciones y crímenes se ha podido observar que son sus enfermedades, tumores y daños en la amígdala.
Si la mente
consciente –la parte que consideramos nuestro «yo»– no es más que la punta del
iceberg, ¿qué es lo que hace, entretanto, el resto?
En su nuevo
libro, brillante y provocativo, David Eagleman, un reconocido científico que
trabaja en el campo de las neurociencias, navega por las profundidades del
cerebro subconsciente para iluminar misterios soprendentes: ¿por qué nuestro
pie avanza hacia el pedal del freno antes de que percibamos un peligro
inminente? ¿Por qué nos damos cuenta de que alguien ha dicho nuestro nombre en
una conversación que no estábamos escuchando? ¿Qué tienen en común Ulises y la
contracción del crédito? ¿Por qué Thomas Alva Edison electrocutó un elefante en
1916? ¿Por qué las personas cuyo nombre comienza con «j» tienen mayores
posibilidades de casarse con otras personas cuyo nombre también comienza con
esta letra? ¿Por qué es tan difícil guardar un secreto? ¿Y cómo es posible
enfurecerse con uno mismo? ¿Con quién está uno enfurecido en realidad?
Tratando
temas y hechos tan diversos como los daños cerebrales, la observación de
aviones, las drogas, la belleza, la infidelidad, la sinestesia, el derecho
penal, la inteligencia artificial y los espejismos, Incógnito nos conduce por una fascinante exploración de la mente,
de sus contradicciones y de lo que se oculta bajo su superficie.
«Incógnito nos ofrece una versión notable
de las consecuencias que tiene para nosotros el ascenso de la neurociencia como
un instrumento para pensar el mundo... Según Eagleman, nos pone ante la última
frontera de nuestra pequeñez y contingencia: la comprensión de que la
conciencia no es el centro de la mente sino una función limitada y ambivalente
en un vasto circuito de funciones neurológicas no conscientes. De ahí que la
mayoría de nuestras operaciones mentales ocurran “de incógnito”. Pero no
debemos preocuparnos por este “descentramiento”, porque la ciencia también nos
muestra que el cerebro y la mente y la vida son aún más maravillosas y
emocionantes de lo que habíamos pensado hasta ahora» (Alexander Linklater, The Observer).
«Un ejemplo
brillante de escritura científica inteligente, atractiva, fácil de
comprender... Un libro sobre cosas que es imposible pensar, y sobre otras que
no podemos dejar de pensar» (Laurence Phelan, The Independent).
«Un libro
para disfrutar, lleno de información que nos interesará a todos sobre uno de
nuestros temas favoritos: nosotros mismos» (B. Clegg, Popular Science).
«Incógnito trata de modificar nuestra noción
de la mente como un actor único y consciente mediante la descripción de cómo
trabaja realmente el cerebro según las investigaciones más recientes. Y el
libro culmina con un inteligente, polémico alegato a favor de modificar la
política social y el sistema legal para reconocer que no somos, ni mucho menos,
totalmente responsables de nuestros actos» (Christopher F. Chabris, The Wall Street Journal).
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